Tanya A. Aké Gutiérrez
13 de abril de 2022 #Maternidades #Cuidados #Discriminación
Fuente: google
La maternidad no es una invitación abierta a comentar, si bien los consejos de quienes ya tienen experiencia pueden ser útiles, ninguna quiere escuchar que “no están haciendo un buen trabajo” y cómo es que “deberían hacerlo”.
La sociedad está acostumbrada a estigmatizar el rol de la mujer y del hombre, como si se tratara de un reglamento a seguir, pero no desde una perspectiva de una ley o regla política, esta va implícita en las prácticas sociales que culturalmente se consideran adecuadas e incluso morales; aunque parece ser solo un seguimiento de pautas, del que no es fácil desprenderse, esto implica la desaprobación de la sociedad como una forma de control. Es claro que no se nace siendo padres y madres, sino que se deviene en tales mediante una construcción personal basada en lo que la familia, la sociedad y las pautas culturales nos van depositando en nuestras historias personales, es decir, en el proceso de apropiación de la cultura.
En la actualidad la mujer contemporánea vive presionada por las diversas actividades que lleva a cabo, en dos ambientes distintos: el doméstico y el laboral. Cuando la mujer tiene un trabajo remunerado económicamente se enfrenta a muchos retos, pues dentro de la sociedad se tienen estereotipos que se relacionan con esto. Por ejemplo, se piensa que la mujer trabaja para hacer un aporte secundario a su hogar, cuando cada vez son más las mujeres que son las principales o únicas que se encargan de mantener el hogar; se piensa que no se deben contratar mujeres porque al casarse o embarazarse abandonan el trabajo o que se enferman mucho y por lo tanto faltan al trabajo.
Como consecuencia de lo anterior, las mujeres tienen que buscar la manera de sobresalir y dejar ver que esto no es la realidad, aún ante la igualdad de educación, experiencia y trabajo, las mujeres se enfrentan a una discriminación de género en diversos aspectos laborales[1]. Aunado a esto, la sociedad le demanda a las mujeres que cumplan todas sus responsabilidades de una manera excelente, es decir, que sea “buena mamá”, que sea trabajadora y que se encargue del hogar, con el riesgo de poder olvidarse a sí misma
El autor Sonsoles Fuentes[2] menciona que cuando la mujer piensa en sí misma no puede evitar sentir culpa, pues al parecer, lo que establece la norma social es que la mujer deje de ser ella misma a partir de que se convierte en madre, cuando en realidad las mujeres tienen la necesidad y el derecho de ser ella mismas, de tener una identidad y un proyecto de vida. Sin embargo, la decisión siempre entrará en manos de la misma mujer, dejar de ser y de sentirse la mujer-objeto que vive por y para los demás.[3]
Desde este punto de vista la mujer que ahora es trabajadora, madre y ama de casa, enfrenta un reto al tratar de equilibrar estos roles. Se debe confiar en que paso a paso las mujeres tendrán más apertura en el mundo laboral y se dejaran de lado los prejuicios y estereotipos que hagan más fácil el doble rol que la mujer está llevando a cabo en la actualidad, que apoye a compaginar con más facilidad las labores del hogar, el ser madres y el trabajo remunerado económicamente.
Ahora bien, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en México solamente el 32% de las mujeres cuenta con algún tipo de protección social durante la maternidad. Además, aproximadamente 9 millones 461 mil mujeres, es decir, 64%, no tienen acceso a servicios de salud antes, durante y después del embarazo. Actualmente muchas mujeres con hijos se han integrado exitosamente al mercado laboral. Según información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), de los más de 54 millones de trabajadores, el 28% son madres, lo que demuestra la importancia que tiene este sector dentro de la economía nacional, y es entonces que el conocimiento de sus derechos en el lugar de trabajo podría reducir los despidos que violen alguna de las facultades que tienen por Ley, pero ¿Cuáles son estos dichos derechos?, aquí algunos:
No se puede exigir la presentación de certificados médicos de no embarazo, para el ingreso, permanencia o ascenso en el empleo.
Nadie puede ser despedida por estar embarazada, por cambio de estado civil o por el cuidado de los hijos menores de edad.
No se podrá disminuir salario o prestaciones durante el estado de gestación o de lactancia.
Nadie podrá solicitar la realización de trabajos que exijan esfuerzos considerables y signifiquen un peligro para su salud y la del bebé, (levantar, tirar o empujar objetos pesados, estar de pie durante largo tiempo o labores que puedan alterar su estado psíquico y nervioso).
No deberá laborar en instalaciones insalubres o peligrosas ni realizar trabajo nocturno industrial o en establecimientos comerciales y/o de servicio después de las diez de la noche, así como laborar horas extras.
Incapacidad por maternidad. Las madres trabajadoras tienen derecho a un descanso de seis semanas anteriores y seis posteriores al parto. Ojo, para el cómputo de antigüedad de la relación laboral, se deberán incluir los períodos pre y postnatales.
Ampliación de incapacidad por maternidad en caso de que el bebé nazca con alguna discapacidad o requiera atención médica hospitalaria. El descanso se ampliará y podrá ser de hasta 8 semanas posteriores al parto, previa presentación del certificado médico correspondiente.
Incapacidad por maternidad en Adopción. En caso de adopción tienen derecho a disfrutar de un descanso de 6 semanas con goce de sueldo, posteriores al día en que reciba a su menor hijo.
Período de lactancia de hasta 6 meses, con derecho a dos reposos extraordinarios por día, de media hora cada uno, para alimentar a sus hijos, en un lugar adecuado e higiénico que designe la empresa. O bien, si las instalaciones del trabajo no lo permiten, previo acuerdo con el patrón se reducirá en una hora su jornada de trabajo durante el período señalado.
Recibir salario íntegro durante el período de lactancia. Durante estos períodos de descanso la madre trabajadora debe recibir su salario íntegro.
Guardería Infantil. Recibir servicio de guardería infantil por el IMSS para los hijos desde 43 días de nacidos y hasta que cumplan 4 años de edad.
Vemos que se presenta una serie de cambios en las mujeres, tales como la reflexión acerca de su propia vida, la definición de las oportunidad, peligros y prácticas respecto a la maternidad, dar forma y organizar los vínculos con los hijos, así como de decidir acerca de su crianza. El contexto histórico y social en el que se encuentra una mujer que ejerce su maternidad es determinante para las características que asume desde ese rol, por lo que la entrada de la mujer en el mercado laboral implicó transformaciones en las actividades y actitudes que estas tenían, incidiendo ello en cómo se asume lo referente a la maternidad.
En México los derechos de las madres trabajadoras se encuentran regulados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en las Leyes Laborales, Leyes de Seguridad Social y en la Ley Federal del Trabajo, en las cuales se establece cierta protección para la mujer embarazada, conocida como incapacidad laboral por maternidad, para disminuir riesgos obstétricos que pueden estar asociados con el trabajo, por lo que se otorga un periodo de descanso obligatorio, con la finalidad de que las madres puedan cuidarse, prepararse para el parto y la atención del recién nacido[4].
En conclusión, a lo largo de la historia las mujeres han ido pasando por distintos roles, actualmente el grado de derechos que puede tener varía dependiendo en la sociedad donde se desenvuelva, así como el país, puesto que la misma situación puede ser distinta en ellos. El embarazo y la lactancia son etapas fisiológicas de la vida de la mujer y requieren de ciertos cuidados, generando en las embarazadas algunas limitaciones sobre todo en el trabajo, por lo que se deben proporcionar los periodos necesarios para garantizar la salud de la madre y del producto, sin que esto afecte la situación laboral.
La maternidad de acuerdo con su propio concepto permite la sobrevivencia del ser humano, además de significar muchas cuestiones culturales como el imprimir y transmitir rasgos muy particulares de la forma y visión de la vida que la madre tiene hacia el hijo, siendo en cada caso único. En todo Estado moderno se ha considerado necesario proteger esta relación, desde el momento en que la mujer desea quedar embarazada o en su caso recibe la noticia de su nueva condición fisiológica.
En México la legislación a pesar de que ha tenido avances al respecto, en algunas ocasiones puede no ser suficiente para permitir el crecimiento adecuado de la mujer en el contexto laboral y a la vez su realización como madre.
Las madres trabajadoras son una fuerza vital en nuestras sociedades y economías. Así que no estamos hablando sólo de mamás agotadas, sino del riesgo potencial de infrautilizar la capacidad de millones de mujeres, que de hecho, las medidas de conciliación y el trabajo flexible benefician a las familias y a cualquier estrategia competitiva que busque atraer, retener y promover a los mejores talentos.
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[1] Hyde J. (1995). Psicología de la mujer; la otra mitad de la experiencia humana. Madrid: Morata.
[2] Fuentes S. (2001). Soy madre, trabajo y me siento culpable. Barcelona: Grijalbo Mondari.
[3] Del Moral M. (2000).Los modelos de mujer y hombre a través de la publicidad. Investigaciones comunicar (14), 208-217.
[4] Zamora-Escudero, R., López-Rioja, M. D. J., Acosta-Martínez, M., y Covarrubias-Haiek, F. (2013). Incapacidad laboral durante el embarazo y la lactancia. Ginecologia y Obstetricia de Mexico, 81(8), 461-471.
Estudiante de la Licenciatura de Derecho en la Universidad Autónoma de Yucatán.
Defensora de los Derechos Humanos en formación, actualmente participe en el Modelo de Naciones Unidas del Sureste de México en su 7° edición FOR YOUTH.