Carolina Ricalde Quijano
28 de septiembre de 2022 #SaludMental #Privilegio #Covid19
Fuente: Pinterest. Ilustración de Sy Tat
Con el paso del tiempo y a partir de todos los efectos individuales y colectivos que trajo consigo la pandemia y el confinamiento por COVID-19, cada vez se habla más acerca de la importancia de atender la salud mental y de buscar apoyo profesional cuando se presenta algún malestar emocional y/o psicológico; sin embargo, parecería que el discurso prevalente de “ir a terapia”, en muchas ocasiones ignora la realidad de múltiples personas y comunidades, para quienes el cuidado de la salud mental resulta prácticamente inaccesible, siendo entonces un privilegio para únicamente algunes.
En México, todas las personas tenemos derecho a una salud integral, el cuál no se garantiza si la salud mental no está cubierta; es por esto que, aunque ahora notamos mayor sensibilización hacia estás temáticas, no resulta suficiente si no existe un enfoque de prevención y atención que se vea reflejado en acciones claras y efectivas en materia de salud mental.
La Organización Mundial de la Salud, recomienda que los países inviertan entre el 5 y el 10% de su presupuesto a la salud mental, sin embargo, en México únicamente se destina aproximadamente el 2%. De este total, el 80% se utiliza para mantener hospitales psiquiátricos, ignorando en su mayor parte al ámbito de la prevención, detección y rehabilitación de malestares y afectaciones psicológicas[1].
Es indispensable recordar que la salud mental, más allá de significar únicamente la ausencia de trastornos mentales, implica un estado de bienestar que les permite a las personas atravesar momentos estresantes de la vida, desarrollar sus habilidades, generar aprendizajes, establecer relaciones y contribuir a la mejora de la comunidad[2]. Es por esto que, en México, el que la salud mental actualmente represente un privilegio, tiene que ver también con que para alcanzar un estado de bienestar, la mayoría de las veces no basta con “ir a terapia” cuando se vive en un contexto sociopolítico constantemente violento, precario y amenazante para muchas personas.
Desgraciadamente, resulta un gran privilegio crecer y desenvolverse en un ambiente que tenga las propicias condiciones para que las personas puedan desarrollarse de manera digna, libre de violencia y con un bienestar integral, y ni hablar del privilegio económico y social que implica poder acceder a la atención de la salud mental cuando ni siquiera existen suficientes espacios públicos adecuados para esto.
En conclusión, a pesar de que la salud mental es un derecho humano, en México es un derecho no garantizado que además se ha convertido en un privilegio. El Estado debe garantizar las condiciones adecuadas para el desarrollo de todas las personas, tomando en cuenta su salud integral y el bienestar psicológico, atendiendo además las distintas necesidades emocionales, sociales y psicológicas de todas las personas, comunidades y grupos en situación de vulnerabilidad.
Por último, hablando particularmente desde el campo de la Psicología, es necesario un cambio de perspectiva que promueva un análisis crítico y social de las distintas prácticas que se implementan para prevenir y atender la salud mental, dejando de ignorar la situación social, económica y política que se vive en México. Se necesita un enfoque de justicia social que mire más allá de lo individual, que le apueste a los cuidados colectivos y busque acompañar a las personas de una manera empática, crítica y digna.
Todes merecemos espacios seguros que nos permitan atravesar las situaciones complicadas en cuanto a nuestra salud mental.
Todes necesitamos ambientes propicios para sanar nuestras heridas más vulnerables.
La salud mental debe dejar de ser un privilegio de unos cuantos y comenzar a ser un derecho garantizado para todas las personas.
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[1] Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión. (2018). Salud Mental en México. https://www.foroconsultivo.org.mx/INCyTU/documentos/Completa/INCYTU_18-007.pdf
[2] Organización Mundial de la Salud. (2022) Salud mental: fortalecer nuestra respuesta. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-strengthening-our-response#:~:text=La%20salud%20mental%20es%20un,la%20mejora%20de%20su%20comunidad .
Psicóloga egresada de la Universidad Marista de Mérida. Cuenta con un diplomado en atención terapéutica sobre la violencia de género. Realizó su servicio social en una asociación civil dedicada a la atención de la violencia familiar en Mérida, Yucatán. Actualmente se desempeña laboralmente en Único Mérida, un centro de neurodesarrollo infantil, endonde realiza acompañamiento psicológico y psicoeducativo a infancias.